Rinzai fue a su maestro y dijo: «¡Dame la libertad !»
El maestro dijo: «Tráete a ti mismo. Si existes, te haré libre. Pero si no existes, ¿cómo te puedo hacer libre? Ya eres libre. Y la libertad», dijo su maestro, «no es tu libertad. En realidad, la libertad es librarte de "ti". Así que vete y trata de averiguar dónde está este "yo", dónde estás tú, luego ven a verme. Esto es la meditación. Vete y medita.»
Y el discípulo Rinzai se va y medita durante semanas, meses, y luego vuelve. Entonces dice: «No soy el cuerpo. Sólo he descubierto esto.»
Y el maestro dice: «Esto es lo que te has liberado. Vete otra vez. Trata de averiguar.»
Entonces él lo intenta, medita y descubre que «no soy mi mente, porque puedo observar mis pensamientos. Y el observador es diferente de lo observado: no soy mi mente.» Llega y dice: «No soy mi mente.»
Y el maestro dice: «Ahora estás tres cuartas partes liberado. Vete otra vez y averigua quién eres.»
Y él estaba pensando: «No soy el cuerpo. No soy la mente.» Había leído, estudiado, estaba bien informado, de manera que estaba pensando: «No soy mi cuerpo, ni mi mente, así que debo de ser mi alma, mi atma.» Pero meditó, y entonces descubrió que no hay atma, no hay alma, porque este atma no es más que tu información mental: doctrinas, palabras, filosofías.
Así que un día llegó corriendo y dijo: « ¡Ahora ya no soy!»
Entonces el maestro dijo: « ¿Tengo que enseñarte ahora los métodos de la libertad?»
Rinzai dijo: «Soy libre porque ya no soy. No hay nadie que pueda estar en cautiverio. Soy sólo un gran vacío, una nada».
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