el amor: una puerta para salir del tiempo


Mira estaba enamo­rada de Krishna. Era una madre de familia, la es­posa de un príncipe. El príncipe tuvo celos de Krishna. Krishna ya no existía; Krishna no esta­ba presente; Krishna no era un cuerpo físico. Ha­bía un lapso de cinco mil años entre la existencia física de Krishna y la existencia física de Mira. Así que, en realidad, ¿cómo podía Mira estar enamorada de Krishna? El lapso de tiempo era tan grande...

Un día, el príncipe, su marido, le preguntó a Mira: «Sigues hablando de tu amor, sigues bailan­do y cantando en torno a Krishna, pero ¿dónde está? ¿De quién estás tan enamorada? ¿De quién estás hablando continuamente?» Mira estaba ha­blando con Krishna, cantando, riéndose, pelean­do. Parecía que estaba loca; lo estaba, a nuestros ojos. El príncipe dijo: «¿Te has vuelto loca? ¿Dónde está tu Krishna? ¿A quién estás amando? ¿Con quién estás conversando? Yo estoy aquí, y te has olvidado completamente de mí.»
Mira dijo: «Krishna está aquí - tú no estás aquí - porque Krishna es eterno; tú, no. Él siem­pre estará aquí, él siempre estuvo aquí, él está aquí. Tú no estarás aquí; tú no has estado aquí. No estuviste aquí un día, no estarás aquí otro día, así que ¿cómo voy a creer que entre estas dos inexis­tencias tú estás aquí? ¿Cómo es posible una exis­tencia entre dos inexistencias?»

El príncipe está en el tiempo, pero Krishna está en la eternidad. De modo que puedes estar cerca del príncipe, pero la distancia no se puede destruir. Estarás distante. Puede que estés muy, muy distante de Krishna en el tiempo, pero pue­des estar cerca. Es una dimensión diferente, no obstante.

Miro delante de mí y hay una pared; muevo los ojos y hay un cielo. Cuando miras en el tiem­po, siempre hay una pared. Cuando miras más allá del tiempo, hay el cielo abierto..., infinito. El amor abre lo infinito, lo eterno de la existencia.

Así que, si has amado alguna vez, el amor se puede convertir en una técnica de me­ditación

Buda y el camino medio

 del sutra: Mantente en el medio... 

 El ca­mino de Buda se conoce como majjhim nikai: el camino medio. Buda dice: «Permanece siempre en el medio: en todo.»

Un cierto Príncipe Shravan tomó la iniciación; Buda lo inició en sannyas. Ese príncipe era un hombre inusual, y cuando tomó sannyas, cuando fue iniciado, todo su reino quedó asombrado. El reino no podía creerlo, la gente no podía creer que el príncipe Shravan se hiciera sannyasin. Nadie lo había siquiera imaginado nunca, ya que era un hombre de este mundo: permitiéndose todos los gustos, permitiéndoselo todo al extremo. El vino y las mujeres constituían todo su ambiente.

Entonces, de pronto llegó Buda a la ciudad, y el príncipe fue a verlo para un darshan: un en­cuentro espiritual. Cayó a los pies de Buda y dijo:

«Iníciame. Dejaré este mundo.»

Los que habían venido con él ni siquiera se die­ron cuenta...; era tan repentino. Así que le preguntaron a Buda: «¿Qué está pasando? Esto es un mi­lagro. Shravan no es ese tipo de hombre, y ha vivi­do con mucho lujo. Hasta ahora ni siquiera podía­mos imaginar que Shravan fuera a tomar sannyas, así que ¿qué ha pasado? Has hecho algo.»

Buda dijo: «No he hecho nada. La mente puede ir fácilmente de un extremo al otro. Ésa es la dis­posición de la mente: ir de un extremo a otro. Así que Shravan no está haciendo nada nuevo. Era de esperar. No conocéis la ley de la mente es por eso por lo que estáis tan asombrados.»